Alcohólicos Anónimos Sección México: treinta años de salvar vidas.

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El pasado viernes 26 de agosto del presente año tuvo lugar la conferencia de prensa Los medios de comunicación y Alcohólicos Anónimos Sección México, a 30 años de salvar vidas desinteresadamente. Dicha rueda de prensa se llevó a cabo en las inmediaciones de conocido hotel ubicado en ciudad de México, Perinorte.

Fue un espacio en donde distintas personalidades se dieron cita para transmitir el mensaje de solidaridad con el organismo AA en su misión de salvar vidas. La psicóloga y maestra Tayde Ivonne Criollo Hernández, quien además funge como coordinadora  de la Cultura de Paz en el  municipio de Tlalnepantla, expuso su sentir al respecto:

“Nosotros, en el ayuntamiento, iniciamos en 2013 un programa en que nos basamos en los 17 objetivos de desarrollo sustentable de la ONU. He de compartirles que tengo 20 años trabajando en el gobierno federal, estatal, en los municipios, en la prevención del delito y Cultura de Paz, y no había una Ley de Seguridad Pública Preventiva en materia de violencia y delincuencia que nos diera los lineamientos para trabajar. Es importante que como ciudadanos conozcamos que hay un gobierno tardío, diría yo, 2013, pero que ya es un gobierno comprometido con la prevención.”

Resaltó que AA, como grupo o como institución, construye ducha cultura, pues todos los días cuando se presentan en alguna tribuna y hacen un acto de autoconocimiento acerca de su estatus de enfermedad, se percibe un acto de valor: “Ustedes construyen diariamente la cultura de paz. Nuestros objetivos son construir una nueva forma de convivencia entre las personas; resolver pacíficamente los conflictos e implementar la Pedagogía del Amor Incondicional y de las Ciencias de la Felicidad. Dentro de todos los modelos teóricos que han conocido a través de muchos especialistas en psicología, el abordar el alcoholismo tiene su teoría y sus propios conceptos. La psicología tradicional ha estudiado a la humanidad en sus disfunciones.”

A su vez, el Dr. Guillermo Velázquez Sámano externó sus consideraciones sobre la enfermedad del alcoholismo: “Desde que nacemos, en cualquier evento en sociedad, el alcohol está presente. En Latinoamérica, es una realidad que se consume más alcohol en países pobres, pues refleja la manera en cómo a la gente se le olvida algún problema, o refleja la manera en que la gente disfruta; pero a la vez es innegable la tristeza de seguir en esa miseria.

Estimó que el abuso de esta sustancia es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. “La Organización Mundial de la Salud nos menciona que 2.5 millones de personas mueren por esta razón anualmente. La UNAM lo relaciona con un problema de tipo psicosocial; pues el alcoholismo es una enfermedad donde está involucrada la sociedad, la biodisponibilidad de las bebidas y la gran facilidad para obtener el alcohol en cualquier tiendita, ya que es una bebida socialmente aceptada.”

Aseguró que es vital que el grueso de la población difunda el mensaje de Alcohólicos Anónimos, pues es una comunidad internacional de hombres y mujeres que tuvieron problemas con la bebida. “Por supuesto que AA no es profesional, se mantiene con sus propias contribuciones; no está afiliada con ninguna religión, es multirracial, no participa en la política y puede encontrarse en todas partes del mundo. Cualquier persona que quiera hacer algo respecto a su problema con la bebida, puede hacerse miembro.”

A su parecer, los grupos de AA hoy son los mejores promotores de autoayuda que tenemos en la comunidad, pues son hombres y mujeres comunes que constituyen una estrategia para establecer puentes de ayuda profesional: psicología, abogados, médicos, donde podemos acudir a solicitar ayuda. “Se dispone de grupos de autoayuda, las reuniones son diarias en distintos horarios; en México, la autoayuda AA tiene un gran apoyo popular. El milagro  de esta comunidad es que un alcohólico pase el mensaje a otro, no porque necesite nuevos miembros para apuntar en un marcador, sino porque nuevas vidas dependen de hacerlo; cuando alguien transmite el mensaje, está salvando una vida.”

La licenciada Luz Gabriela Hernández Flores, Coordinador Custodio Clase A, enfatizó su alegría por la existencia del organismo que ha rescatado vidas y que les ha dado un propósito:

“Hoy estamos de manteles largos, porque el día 24 de agosto de 1986 nació AA Sección México. Estamos celebrando nuestros primeros 30 años. ¿Quiénes somos? Somos una comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común, para ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. Hay un requisito para pertenecer a él: el deseo sincero de dejar de beber.”

Recalcó que AA, como Sección México, tiene presencia en 16 estados de la república; con una membresía aproximada de 25 mil alcohólicos recuperados que están dispersos en los 2500 grupos que se tienen en Sección México, incluidos dentro de las cárceles y hospitales, que son los denominados grupos institucionales. En ellos, aclara, las sesiones son de una hora y media diarias; los grupos se abren de acuerdo a la autonomía de cada uno para que el alcohólico, a través del método de los doce pasos, se recupere.

“El día de hoy, el Comité de Información Pública del Área Norte, del estado de México, realiza esta rueda de prensa y le está dando vida, precisamente, a este paso, al servicio a los demás. Es muy importante mencionar: no se pagan honorarios, ni cuotas. Las tradiciones en AA son muy importantes, y una de ellas, es que nos sostenemos con nuestras propias aportaciones voluntarias. Si un miembro de un grupo está ahí durante años, y no ha aportado un solo peso, no importa, ahí está el grupo para él. Si le nace, adelante, porque son los que nos mantienen. No nos afiliamos a religión, secta o partido político, organización  o institución alguna.”

Informó que varios grupos conforman distritos, y éstos definen áreas. Actualmente, tienen 28 áreas distribuidas en la república mexicana en distintas regiones: centro norte, centro sur, norte y sur. Cada área tiene un representante que es un delegado, quien es alcohólico y representa a esos grupos. Dichos delegados son los que piden cuentas a sus órganos de servicio. La junta de servicios generales tiene dos subsidiarias que son la Corporación de Servicios Tradicionales y la Revista de la Conferencia de Alcohólicos Anónimos. La Corporación brinda un servicio interno a la comunidad, desde el manejo de las aportaciones voluntarias, y mantiene la página web, así como un directorio nacional y da servicios a los grupos. La revista está hecha con las experiencias de los miembros de la comunidad y está hecha para ellos.

“Les recomiendo leer esa revista porque es impresionante cómo los alcohólicos comparten sus experiencias que impactan, inclusive, al no enfermo. Tenemos finalmente a la Junta de Servicios Generales, que tiene a los Comités Permanentes. Es una estructura increíble, tiene manuales de procedimientos con los 36 principios que los rigen. Es importante mencionar que tenemos el Comité Permanente de Instituciones Carcelarias, cuyo objetivo es tener contacto con las autoridades de los reclusorios, precisamente, para lograr formar grupos dentro de estas instituciones. Está también el Comité Permanente de Instituciones hospitalarias, que trabaja con los encamados y transmiten el mensaje.”

Alcohólicos Anónimos es un organismo que se apoya en el papel difusor de los medios de comunicación y cuenta con el acercamiento de 21 radiodifusoras, 11 canales de televisión, entre ellos, Canal 22, que les da la oportunidad de transmitir spots con el mensaje de la institución. A su vez,  30 medios alternos brindan su respaldo desinteresado como una alternativa a la sociedad que padece la enfermedad.

 

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2 Comentarios

  1. I was smoking marijuana any moment I could and soon found out that everyone around me
    was drinking alcohol so I thought I would try it.
    I thought “my parents and siblings drink so it couldn’t be that bad.” I drank so much the first time that I got very sick.
    Truth is I didn’t like drinking but it was socially acceptable so I drank as much as I could.
    I couldn’t seem to get enough. My drinking and using marijuana continued
    for two years. At around five days sober, I checked into a 28-day
    inpatient treatment program. Treatment forced me
    to see one thing crystal clear: my recovery
    had to be the most important thing in my life.

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