En el marco de la conferencia de prensa Los medios de comunicación y Alcohólicos Anónimos Sección México, a 30 años de salvar vidas desinteresadamente, tuvimos la oportunidad de conversar con el Dr. Guillermo Velázquez Sámano, Jefe del Servicio de Alergia e Inmunología Clínica en el Hospital General, para conocer sus impresiones y trabajo constante en la organización AA.
-Doctor, muy amable por esta entrevista. Nos gustaría saber cuánto tiempo lleva dentro de este proyecto.
–Bueno, tengo treinta y seis años colaborando con la agrupación en diferentes etapas en el programa de Alcohólicos Anónimos. He fungido como Custodio Clase A, ¿qué significa este término? Quiere decir que soy una persona no alcohólica que me he dedicado a colaborar con ellos en busca de un beneficio social, como asesor y conferencista.
-¿Cuál considera el principal problema que no permite erradicar en nuestra sociedad al alcoholismo?
-Desde el punto de vista epidemiológico, podemos decir que la enfermedad del alcoholismo es una de las principales causas de muerte. No sólo de eso, sino también de la disolución de la familia, pues hay alteraciones en los hijos de los alcohólicos. Casos muy concretos como el ausentismo escolar, el abandono de los hogares, entre los principales, son muy notorios como una consecuencia. Aunque el grave problema también es que sus hijos caigan en la drogadicción, el alcoholismo y la prostitución.
-¿Cuál sería el enfoque más adecuado para ayudar a una persona inmersa en esta enfermedad?
-Dentro de las alternativas que tenemos, lo más recomendable a nivel mundial, son las agrupaciones de autoayuda. Es muy importante que eso se sepa. Y una de las más conocidas es Alcohólicos Anónimos, que está cumpliendo 81 años de vida a nivel mundial. Puedo asegurar que AA seguirá siendo un pilar fundamental para todo aquel que sufra alguna adicción: alcohol, drogas o inhalantes. Es una opción, una realidad. La agrupación basada en sus sólidos principios, pasos, tradiciones y conceptos, ayudan al individuo y a su familia a recuperarse de la enfermedad, y a reintegrarse a la sociedad para tomar el camino adecuado.
-Las personas que no pertenecemos a la agrupación AA, ¿en qué forma podemos ayudar a los enfermos?
-Desde el punto de vista social, como pariente o amigo de la persona que sufre la enfermedad, debo entenderlo. Lo más importante que he aprendido en todos estos años, es que el castigo nunca cura y sólo el amor puede hacerlo. AA tiene ese sólido principio, el de brindar amor a la persona que sufre por su manera de beber o drogarse, porque no es algo que ha optado por tenerlo: hay que entender que se trata de una enfermedad. Yo sociedad debo brindar el apoyo al individuo en lugar de criticarlo; debemos traerlo a las filas de AA.
-¿Usted cree que la cultura de nuestra sociedad fomenta el alcoholismo?
–Considero que sí. Mire, uno de los aspectos más importantes de la sociedad, es que por nuestras raíces se dan algunos casos; por ejemplo, en los estados de Hidalgo, Puebla, o en estados circunvecinos como Tlaxcala, se acostumbra el pulque para una ablactación (la introducción de un alimento que no sea la leche materna al individuo) para quitarles el pecho a los menores. Culturalmente, influye directamente sobre la conducta posterior. Otro ejemplo: en todos los eventos religiosos de cualquier índole, el alcohol está presente; y de ahí hasta donde morimos. Muchas veces nuestra familia es ese ejemplo de adicción. A veces para que un individuo se sienta “macho” le estoy dando alcohol. Lo mismo acontece con el tabaco. Desde el hogar, lamentablemente, a veces nuestra sociedad ya influye. Otro aspecto cultural de nuestro entorno, es que yo voy a la tiendita de la esquina y consigo la cerveza, a pesar de su restricción a menores de edad; y en ocasiones, los padres les piden a sus hijos que traigan la cerveza al hogar.
-Doctor, ¿cuáles son sus planes a futuro en AA?
-Pues yo colaboro con la agrupación como profesional de la medicina. Creo que tengo un granito de arena que poner, y a la sociedad en general. Por eso participo en actividades donde fomentamos esta actitud: que la enfermedad del alcoholismo se debe combatir. Es verdad que no la vamos a erradicar porque tenemos atrás de nosotros las grandes compañías y campañas publicitarias de una medida subliminal, y nos están induciendo hacia el consumo de alcohol. Un ejemplo, las bebidas ‘cooler’: el niño empieza a beber una viñareal que tiene la misma cantidad de alcohol que una cerveza, ¿verdad?
-¿Qué mensaje le envía a toda persona que esté viviendo este problema?
-Todo aquel que atraviese una adicción, debe saber que es muy importante acercarnos a un grupo de AA cuando se esté padeciendo la enfermedad. Incluso, no padeciéndola, pues es importante tener la información. Si una familia está afectada por dicha situación y no sabe qué hacer con un alcohólico, un drogadicto, pues hay que buscar apoyo. ¿Dónde encontramos esta ayuda?, pues con las personas de Alcohólicos Anónimos. Ayer, yo tenía un paciente en el hospital y me decía: “Doctor, ¿pero qué hago con mi enfermo alcohólico?”, y le respondí: -Vaya al grupo más cercano, pida ayuda con los padrinos, con los más experimentados; dígale qué hace, cómo podemos encontrar esa ayuda para que su hijo deje de beber.
-La familia entonces juega un papel fundamental en esta detección temprana de la enfermedad.
-Desde luego, pues sus miembros deben percatarse bien si tienen un problema con un hijo, hermano, padre o uno mismo; enseguida hay que reflexionar cómo solucionarlo. En la medicina nos dedicamos a rehabilitar al enfermo, no a curarlo; pues no hay cura para la enfermedad del alcoholismo, pero la podemos encontrar mediante el cambio de juicios y actitudes en una sociedad llamada Alcohólicos Anónimos, que cumple 81 años este año, y que es la única fuente por la cual un enfermo puede dejar esta actitud. ¿Cómo?, pues cambiando su manera de pensar, de actuar, para ser una gente útil a la sociedad y a su familia.
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